A 160 km de Santa Rosa, casi cien familias viven desde 1985 en las 10.000 hectáreas de la ex estancia Remecó.
En el siglo XVI, su fundador, el sacerdote reformista Menno Simmons fundó esta congregación religiosa que hoy en día tiene más de un millón de seguidores, distribuidos por todo el mundo.
Rechazan la violencia y el lujo. Tiene prohibido el alcohol, el tabaco, el teléfono, la luz eléctrica, la televisión, la radio, los diarios y el automóvil. Pero los menonitas de la Colonia Nueva Esperanza no creen en la patria ni en el Estado. Su fe se sustenta en una concepción de la vida en la tierra como una lucha entre el cuerpo y el espíritu. La adopción de elementos que faciliten la vida del cuerpo lleva a la perdición de la salvación eterna. Su particular lectura de la Biblia los obliga a una vida de aislamiento y renuncia.
Es su manera de mantener viva su cultura, de no contaminarla con la modernización. Dicen que no necesitan nada más, porque nada realmente importante ha cambiado en los últimos cuatro siglos.
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